'Poeta en Nueva York': casi un siglo después

La Fundación Ortega-Marañón homenajeó Poeta en Nueva York con un recital único de la obra de Federico García Lorca
El día 16 de marzo de 1936, hace casi cien años, el eminente poeta granadino Federico García Lorca acudió al edifico de la Residencia de Señoritas. Allí leyó en voz alta, y por vez primera, Poeta en Nueva York, poemario sobre sus experiencias en la ciudad norteamericana, que acabaría por convertirse en una de las obras de poesía más aclamadas de la literatura española.
La lectura que hizo Lorca en la Residencia de Señoritas fue un evento exclusivo, ya que este texto, escrito entre 1929 y 1930, no fue publicado hasta 1940, cuatro años después de su fusilamiento. Casi cien años más tarde, el edifico donde tuvo lugar este evento es, actualmente, la sede de la Fundación Ortega-Marañón. Para conmemorar este acto, el pasado miércoles 19 de marzo se realizó, en la sala María de Maeztu, el recital «Lorca en Nueva York». Una nueva lectura de esta imprescindible pieza de la poesía española.
Una estrella en el escenario
El recital «Lorca en Nueva York» estuvo marcado por la presencia de Alberto San Juan, actor de cine y teatro con una extensísima carrera, que llegó a ser nominado al Goya como mejor actor de reparto en 2002. Él fue el elegido para recitar frente al público esta obra de Lorca y, sin ninguna duda, demostró ser una excelente elección. El evento, anunciado pocos días antes, resultó ser tan anticipado que la Fundación se vio obligada a realizar dos pases del recital, puesto que, de otra manera, no habrían podido acomodar a las más de 300 personas que acudieron.
Talentosos instrumentalistas acompañaron las narraciones de Alberto San Juan con melodías temáticas, permitiendo al espectador sentir mucho más cercanos los espacios que Lorca representó. Los tonos de jazz iban de la mano con las andaduras del poeta por Harlem; sonidos suaves de la naturaleza y los insectos le acompañaron durante su estancia en el campo; el ritmo caribeño le precedía, finalmente, de camino a Cuba. Entre la música y la emotiva voz de Alberto San Juan se logró pintar vívidas imágenes de esa bulliciosa metrópolis de torres, como la describía Lorca: «Nada más poético y terrible que la lucha de los rascacielos con el cielo que los cubre. Lluvias, nieves, nieblas, subrayan, mojan, tapan las inmensas torres.»
Bien está lo que bien acaba
El recital, que duró una hora, no estuvo exento de contratiempos, sin embargo, fue gracias a la rápida actuación de Alberto San Juan que estas dificultades pudieron pasar sin complicaciones. Uno de los instrumentalistas tuvo que lidiar con problemas con la conexión de su instrumento a los equipos de sonido, provocando unos extraños crujidos. Rápidamente el actor salvó la situación con un comentario cómico: «Es probablemente un asunto de espionaje. La Fundación Ortega-Marañón ha sufrido un ciberataque.»
Durante el tiempo restante del recital, todo puedo proseguir sin mayores problemas y, cuando finalmente finalizó la narración, el público se levantó de sus asientos. La sala rompió en aplausos y silbidos, demostrando que el evento fue un completo éxito. Incluso algunos de los que asistieron al primer pase quisieron ir al segundo, de tanto que lo habían disfrutado. No cabe duda de que una buena obra, bien contada, tiene una calidad y efecto atemporal.
'Poeta en Nueva York': casi un siglo después

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El día 16 de marzo de 1936, hace casi cien años, el eminente poeta granadino Federico García Lorca acudió al edifico de la Residencia de Señoritas. Allí leyó en voz alta, y por vez primera, Poeta en Nueva York, poemario sobre sus experiencias en la ciudad norteamericana, que acabaría por convertirse en una de las obras de poesía más aclamadas de la literatura española.
La lectura que hizo Lorca en la Residencia de Señoritas fue un evento exclusivo, ya que este texto, escrito entre 1929 y 1930, no fue publicado hasta 1940, cuatro años después de su fusilamiento. Casi cien años más tarde, el edifico donde tuvo lugar este evento es, actualmente, la sede de la Fundación Ortega-Marañón. Para conmemorar este acto, el pasado miércoles 19 de marzo se realizó, en la sala María de Maeztu, el recital «Lorca en Nueva York». Una nueva lectura de esta imprescindible pieza de la poesía española.
Una estrella en el escenario
El recital «Lorca en Nueva York» estuvo marcado por la presencia de Alberto San Juan, actor de cine y teatro con una extensísima carrera, que llegó a ser nominado al Goya como mejor actor de reparto en 2002. Él fue el elegido para recitar frente al público esta obra de Lorca y, sin ninguna duda, demostró ser una excelente elección. El evento, anunciado pocos días antes, resultó ser tan anticipado que la Fundación se vio obligada a realizar dos pases del recital, puesto que, de otra manera, no habrían podido acomodar a las más de 300 personas que acudieron.
Talentosos instrumentalistas acompañaron las narraciones de Alberto San Juan con melodías temáticas, permitiendo al espectador sentir mucho más cercanos los espacios que Lorca representó. Los tonos de jazz iban de la mano con las andaduras del poeta por Harlem; sonidos suaves de la naturaleza y los insectos le acompañaron durante su estancia en el campo; el ritmo caribeño le precedía, finalmente, de camino a Cuba. Entre la música y la emotiva voz de Alberto San Juan se logró pintar vívidas imágenes de esa bulliciosa metrópolis de torres, como la describía Lorca: «Nada más poético y terrible que la lucha de los rascacielos con el cielo que los cubre. Lluvias, nieves, nieblas, subrayan, mojan, tapan las inmensas torres.»
Bien está lo que bien acaba
El recital, que duró una hora, no estuvo exento de contratiempos, sin embargo, fue gracias a la rápida actuación de Alberto San Juan que estas dificultades pudieron pasar sin complicaciones. Uno de los instrumentalistas tuvo que lidiar con problemas con la conexión de su instrumento a los equipos de sonido, provocando unos extraños crujidos. Rápidamente el actor salvó la situación con un comentario cómico: «Es probablemente un asunto de espionaje. La Fundación Ortega-Marañón ha sufrido un ciberataque.»
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