Esta web está en desarrollo, tendrás contenido nuevo próximamente X
,

Los Premios Maruja Mallo ponen el valor la igualdad y el talento de 8 mujeres brillantes de nuestro tiempo

Madrid, 5 de marzo de 2024.- La Fundación Ortega-Marañón hizo entrega de los Premios «Maruja Mallo» que resaltan el liderazgo y la trayectoria profesional de 8 mujeres cuya labor y compromiso han tenido un impacto relevante en nuestra sociedad y que, desde sus diferentes disciplinas, son hoy un referente para las nuevas generaciones. La ceremonia se celebró en el Espacio Cultural de la Fundación, sede entre 1915 y 1936 de la Residencia de Señoritas, primera institución oficial en fomentar la enseñanza superior para mujeres en España.

En su primera edición han sido premiadas: la filósofa Victoria Camps, la escultora Cristina Iglesias, la periodista y emprendedora Gloria Lomana, la actriz y escritora Itziar Miranda, la pedagoga Carmen Pellicer, la científica María S. Soengas y la deportista Theresa Zabell. La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en la figura de Carme Chacón, destacada política y profesora española fallecida en 2017. 

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el presidente de la Fundación, Gregorio Marañón, clausuraron el acto con unas palabras que sirvieron para significar el valor y fin de estos premios y lo que representan: «espacios para fomentar la igualdad y promover el reconocimiento de la trayectoria de mujeres brillantes y comprometidas con su tiempo».

Las premiadas junto con las #Chicasimparables y Ana Redondo, ministra de igualdad.

Una gala que se vivió como una noche inolvidable

Así es como lo definió a través de un post en la red social X la pedagoga Carmen Pellicer. Se sumó también los comentarios de la premiada Itziar Miranda: «este premio me emociona profundamente».  La emoción fue el denominador común durante toda la ceremonia. Tras una breve presentación de la actriz Silvia de Pé, siempre viva y locuaz, el acto comenzó con una mesa de mujeres brillantes cuyos méritos profesionales son conocidos por la gran mayoría: Inés Alberdi, Yolanda Barcina, Meritxell Batet y Ana Pastor. Durante 30 minutos se abrió un diálogo, conducido por el director de Ethic, Pablo Blázquez, que rápidamente situó al público en la esfera del sentimiento y razón de estos premios: fomentar la igualdad entre mujeres y hombres en la sociedad a través de los derechos sociales y el reconocimiento del talento sin etiquetas. Fue un diálogo, como escribió Ortega en 1923 en los propósitos de Revista de Occidente, “de espaldas a la política…cuya palabra ejemplar signifique una pulsación interesante del alma contemporánea». Si así fue, una conversación, como ya hemos señalado, de mujeres brillantes que suscitó la reflexión colectiva sobre la igualdad y el talento en nuestra sociedad.

Las claves de la ejemplaridad pública y la igualdad

La socióloga Inés Alberdi abrió el coloquio destacando la importancia de “tener modelos de comportamiento para las jóvenes que les permitan socializar”. Para Meritxell Batet es clave el uso del lenguaje y la ejemplaridad: “debemos cuidar lo común y el espacio público para generar civilidad y sociedad”, y “más cuando se tiene proyección pública”, apostilló.  Las palabras de la Ana Pastor ahondaron un poco más en el concepto de ejemplaridad: “la clave está la integridad y la coherencia; ser transparente y respetuoso con la opinión del otro. Asumir las consecuencias de nuestros actos”. Yolanda Barcina también quiso opinar al respecto: “Las mujeres de nuestra generación somos ejemplares también porque hemos recogido el testigo de leer bien la constitución española de 1978”. “Necesitamos normas claras y cumplir las leyes” para ser iguales. “La educación en libertad es clave”.

Mesa redonda con Ana Pastor, Meritxell Batet, Yolanda Barcina y Inés Alberdi,
moderada por Pablo Bázquez.

El segundo turno de intervenciones se centró en uno de los conceptos en los que se inspira y revindica los Premios «Maruja Mallo» como es la igualdad. “Algo le está pasando a esta sociedad, en esa crisis ética y valores”. “Hay que seguir trabajando en la coeducación en valores y en igualdad de oportunidades” y “luchar con la cultura machista” que aún existe. La visión de Batet sobre la igualdad es que “España ha avanzado mucho en comparación con otros países, pero la mujer sigue sin tener poder”. La realidad, explica Batet, “es que las mujeres hoy mejor formadas siguen sin llegar a muchos de los cargos directivos en empresas y organizaciones”. Alberdi cerró el diálogo abogando por ser algo más optimistas: “En este  país se ha producido un aumento espectacular de la capacidad de que las jóvenes tengan ambición. Llevamos poco tiempo, desde 1978. La transformación social que se está dando en este país es espectacular y podemos estar orgullosos”, aunque haya que seguir luchando por la  igualdad.

Estos Premios también pretenden ser una cita anual con jóvenes talentos de la cultura. Y esto también se cumplió: la poeta y traductora Raquel Lanseros intervino en la gala con la lectura de unos poemas; y la violonchelista Eva Arderíus interpretó varias piezas musicales clásicas. Tras sus intervenciones, cerca del ecuador de la gala, la experiencia en el Espacio Cultural  de la Fundación Ortega-Marañón ya prometía ser inolvidable. 

Pero inolvidable fueron los testimonios también, a través de la palabra y las emociones, de todas las premiadas. Victoria Camps, Cristina Iglesias, Gloria Lomana, Itziar Miranda,  Carmen Pellicer, María S. Soengas y Theresa Zabell supieron poner el foco sobre el buen futuro de unos premios que realzan el símbolo del legado de Maruja Mallo y su impronta para «agitar» los estereotipos sociales de la época y que limitaban la proyección de las mujeres en todos los ámbitos. Hoy debe ser faro de guía para el movimiento feminista como lo son para estos Premios.

Las premiadas junto con Ana Redondo, ministra de Igualdad.

Carme Chacón, Premio «Maruja Mallo» «In memoriam»

La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en esta primera edición en la figura de Carme Chacón (1971-2017), abogada, política, profesora universitaria y primera mujer ministra de Defensa de la democracia española. Recogió el premio su hermana Mireia Chacón que recordó con gran emotividad el legado de una de las políticas más relevantes de nuestra democracia.  A partir de este momento, aplausos y más aplausos en agradecimiento a su contribución y talante, y también talento, político. Será difícil de olvidar la emoción compartida entre más de un centenar de personas que asistieron a la gala.

Ver la entrega de los premios

Gregorio Marañón, presidente de la Fundación Ortega-Marañón, entrega el premio «In memoriam» a Mireia Chacón, hermana de la premiada Carme Chacón.

Los Premios «Maruja Mallo»

Estos premios, que conmemoran el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), se dividieron en esta primera edición en las siguientes 8 categorías: narrativa, arte y vanguardia, pensamiento, ciencia, igualdad, educación, globalización y un premio “In memoriam”, abarcando un amplio espectro de las humanidades y la ciencia. En futuras ediciones se irán incorporando nuevas categorías para ampliar la proyección y ejemplo de mujeres destacadas en otras disciplinas, objeto final de la creación de estos premios. 

Las premiadas en esta primera edición han sido: 

  • Pensamiento: Victoria Camps (filósofa)
  • Arte y vanguardia: Cristina Iglesias (escultora)
  • Igualdad: Gloria Lomana (periodista y emprendedora)
  • Narrativa: Itziar Miranda (actriz y escritora)
  • Educación: Carmen Pellicer (escritora y pedagoga)
  • Ciencia: María S. Soengas (científica)
  • Globalización: Theresa Zabell (medallista olímpica)

La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en la figura de Carme Chacón, destacada política y profesora española fallecida en 2017. 

Las premiadas recibieron como galardón una réplica de la primera viñeta que publicó Maruja Mallo en Revista de Occidente.

La entrega de los Premios corrió a cargo de Juan Pablo Fusi (a Victoria Camps), Concha Roldán (a Carmen Pellicer), Inés López-Ibor (a María Soengas), Marta Marañón (a Cristina Iglesias), Lucía Sala (a Gloria Lomana), Fernando R. Lafuente (a Theresa Zabell), Federico Buyolo (a Itziar Miranda) y Gregorio Marañón (a Carme Chacón “In memoriam”).

Lucía Sala, directora de la Fundación Ortega-Marañón, entrega el premio a Gloria Lomana.

Maruja Mallo, talento del surrealismo en las artes plásticas

Ana María Gómez González (1902-1995), conocida como Maruja Mallo, fue una creadora y una de las principales artistas de la Generación del 27. Nacida en Vivero, Lugo (1902), está considerada exponente de la vanguardia interior española. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Estableció amistad con artistas, escritores y cineastas como Concha Méndez, Salvador Dalí, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis Buñuel, María Zambrano y Rafael Alberti, entre otros.  Ortega y Gasset, admirador de su obra, cedió las instalaciones de Revista de Occidente para su primera exposición en Madrid, y, también, incluyó una parte importante de sus obras pictóricas en las portadas de la primera época de la Revista.

Como artista surrealista destacó a través de dos estilos: en los años 20 con obras optimistas,  coloridas y cosmopolitas; y un segundo estilo en los años 30 en el que sus pinturas proyectaban una visión algo más apagada y caótica, según resaltan expertos en su obra. Fueron admiradores de las pinturas surrealistas de Maruja Mallo artistas consagrados como Andy Warhol, Paul Éluard o André Breton. A partir de 1930 comenzó una etapa constructiva con exposiciones en Londres y Barcelona, y expone en San Sebastián con Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró. Su estrecha relación con Rafael Alberti quedó plasmada en el conjunto de varias de sus obras. También trabajó con grandes nombres de las letras como Miguel Hernández.

Maruja Mallo, expresión de independencia y libertad

Maruja Mallo, mujer excepcional de su tiempo, fue icono de su generación y expresión de libertad e independencia, rompiendo con muchos estereotipos sociales establecidos en su la época que limitaban la proyección de las mujeres en todos los ámbitos. Formó parte del grupo de brillantes intelectuales de la Generación del 27,  reconocidas por la historia como «Las Sinsombrero», por atreverse a salir por Madrid sin esa prenda de vestir y transgrediendo algunas costumbres sociales del momento. Todas estas mujeres reclamaron, a través de sus obras e impronta, espacios de igualdad y protagonismo en la vida cultural, política, económica y artística de su tiempo. Entre este grupo de «Las Sinsombrero» se encontraban Concha Méndez, Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre, Margarita Manso y María Zambrano. El afán de estas intelectuales fue traer a España la modernidad y las corrientes de vanguardia artísticas y culturales que provenían de Europa. 

Proyección artística desde el exilio

Tras el estadillo de la Guerra Civil, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibiría Gabriela Mistral, embajadora de Chile en el país luso. Posteriormente, viaja a Buenos Aires donde conectaría con Victoria Ocampo y su Revista Sur, publicando algunas de sus obras. También con Alfonso Reyes, por entonces embajador de México en Buenos Aires (1927-1929). En este periodo de exilio realiza exposiciones en París, Brasil y Nueva York, y publica su obra más conocida, en 1939, Canto de la espigas. En 1949 traslada su residencia a Nueva York, exponiendo un año más tarde en la Galerie Silvagni de París y la Galería Bonino de Buenos Aires. Finalmente, regresa a España en 1962 tras 25 años en el exilio. En su última etapa, ya en Madrid, realiza una exposición en la galería Mediterráneo, retoma dibujos de Revista de Occidente y se integra en las tertulias culturales del momento. En 1979 se desarrolla una exposición antológica de su obra, con pinturas de su última serie Los moradores del vacío. Muere en Madrid el 6 de febrero de 1995, a la edad de 93 años.

Premios otorgados a Maruja Mallo

  • Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, Ministerio de Cultura (1982)
  • Premio de Artes Plásticas de Madrid (1982)
  • Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid (1990)
  • Medalla de Galicia (1991)
  • Exposición antológica con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Casa de las Artes de Vigo, 2010)
  • Correos emite un sello postal en su honor (2023)

Cronología (fuente BNE)

  • 1902: Nace en Vivero el 5 de enero
  • 1913: Se instala en Avilés, donde pasa su adolescencia
  • 1922: Se muda a Madrid y se matricula en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
  • 1923: Participa en la Exposición Regional Gallega (nace Revista de Occidente, en julio 2023)
  • 1927: Expone en la Revista de Occidente
  • 1930: Expone en San Sebastián junto a Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró
  • 1937: Tras el estallido de la Guerra Civil, se exilia en Buenos Aires
  • 1982: Recibe la medalla de Oro de las Bellas Artes
  • 1993: Inaugura el Centro Gallego de Arte Contemporáneo 1995: Fallece en Madrid, el 6 de febrero

 

David Gómez, director de Comunicación de la Fundación Ortega-Marañón.

Compartir:

Los Premios Maruja Mallo ponen el valor la igualdad y el talento de 8 mujeres brillantes de nuestro tiempo

Madrid, 5 de marzo de 2024.- La Fundación Ortega-Marañón hizo entrega de los Premios «Maruja Mallo» que resaltan el liderazgo y la trayectoria profesional de 8 mujeres cuya labor y compromiso han tenido un impacto relevante en nuestra sociedad y que, desde sus diferentes disciplinas, son hoy un referente para las nuevas generaciones. La ceremonia se celebró en el Espacio Cultural de la Fundación, sede entre 1915 y 1936 de la Residencia de Señoritas, primera institución oficial en fomentar la enseñanza superior para mujeres en España.

En su primera edición han sido premiadas: la filósofa Victoria Camps, la escultora Cristina Iglesias, la periodista y emprendedora Gloria Lomana, la actriz y escritora Itziar Miranda, la pedagoga Carmen Pellicer, la científica María S. Soengas y la deportista Theresa Zabell. La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en la figura de Carme Chacón, destacada política y profesora española fallecida en 2017. 

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el presidente de la Fundación, Gregorio Marañón, clausuraron el acto con unas palabras que sirvieron para significar el valor y fin de estos premios y lo que representan: «espacios para fomentar la igualdad y promover el reconocimiento de la trayectoria de mujeres brillantes y comprometidas con su tiempo».

Las premiadas junto con las #Chicasimparables y Ana Redondo, ministra de igualdad.

Una gala que se vivió como una noche inolvidable

Así es como lo definió a través de un post en la red social X la pedagoga Carmen Pellicer. Se sumó también los comentarios de la premiada Itziar Miranda: «este premio me emociona profundamente».  La emoción fue el denominador común durante toda la ceremonia. Tras una breve presentación de la actriz Silvia de Pé, siempre viva y locuaz, el acto comenzó con una mesa de mujeres brillantes cuyos méritos profesionales son conocidos por la gran mayoría: Inés Alberdi, Yolanda Barcina, Meritxell Batet y Ana Pastor. Durante 30 minutos se abrió un diálogo, conducido por el director de Ethic, Pablo Blázquez, que rápidamente situó al público en la esfera del sentimiento y razón de estos premios: fomentar la igualdad entre mujeres y hombres en la sociedad a través de los derechos sociales y el reconocimiento del talento sin etiquetas. Fue un diálogo, como escribió Ortega en 1923 en los propósitos de Revista de Occidente, “de espaldas a la política…cuya palabra ejemplar signifique una pulsación interesante del alma contemporánea». Si así fue, una conversación, como ya hemos señalado, de mujeres brillantes que suscitó la reflexión colectiva sobre la igualdad y el talento en nuestra sociedad.

Las claves de la ejemplaridad pública y la igualdad

La socióloga Inés Alberdi abrió el coloquio destacando la importancia de “tener modelos de comportamiento para las jóvenes que les permitan socializar”. Para Meritxell Batet es clave el uso del lenguaje y la ejemplaridad: “debemos cuidar lo común y el espacio público para generar civilidad y sociedad”, y “más cuando se tiene proyección pública”, apostilló.  Las palabras de la Ana Pastor ahondaron un poco más en el concepto de ejemplaridad: “la clave está la integridad y la coherencia; ser transparente y respetuoso con la opinión del otro. Asumir las consecuencias de nuestros actos”. Yolanda Barcina también quiso opinar al respecto: “Las mujeres de nuestra generación somos ejemplares también porque hemos recogido el testigo de leer bien la constitución española de 1978”. “Necesitamos normas claras y cumplir las leyes” para ser iguales. “La educación en libertad es clave”.

Mesa redonda con Ana Pastor, Meritxell Batet, Yolanda Barcina y Inés Alberdi,
moderada por Pablo Bázquez.

El segundo turno de intervenciones se centró en uno de los conceptos en los que se inspira y revindica los Premios «Maruja Mallo» como es la igualdad. “Algo le está pasando a esta sociedad, en esa crisis ética y valores”. “Hay que seguir trabajando en la coeducación en valores y en igualdad de oportunidades” y “luchar con la cultura machista” que aún existe. La visión de Batet sobre la igualdad es que “España ha avanzado mucho en comparación con otros países, pero la mujer sigue sin tener poder”. La realidad, explica Batet, “es que las mujeres hoy mejor formadas siguen sin llegar a muchos de los cargos directivos en empresas y organizaciones”. Alberdi cerró el diálogo abogando por ser algo más optimistas: “En este  país se ha producido un aumento espectacular de la capacidad de que las jóvenes tengan ambición. Llevamos poco tiempo, desde 1978. La transformación social que se está dando en este país es espectacular y podemos estar orgullosos”, aunque haya que seguir luchando por la  igualdad.

Estos Premios también pretenden ser una cita anual con jóvenes talentos de la cultura. Y esto también se cumplió: la poeta y traductora Raquel Lanseros intervino en la gala con la lectura de unos poemas; y la violonchelista Eva Arderíus interpretó varias piezas musicales clásicas. Tras sus intervenciones, cerca del ecuador de la gala, la experiencia en el Espacio Cultural  de la Fundación Ortega-Marañón ya prometía ser inolvidable. 

Pero inolvidable fueron los testimonios también, a través de la palabra y las emociones, de todas las premiadas. Victoria Camps, Cristina Iglesias, Gloria Lomana, Itziar Miranda,  Carmen Pellicer, María S. Soengas y Theresa Zabell supieron poner el foco sobre el buen futuro de unos premios que realzan el símbolo del legado de Maruja Mallo y su impronta para «agitar» los estereotipos sociales de la época y que limitaban la proyección de las mujeres en todos los ámbitos. Hoy debe ser faro de guía para el movimiento feminista como lo son para estos Premios.

Las premiadas junto con Ana Redondo, ministra de Igualdad.

Carme Chacón, Premio «Maruja Mallo» «In memoriam»

La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en esta primera edición en la figura de Carme Chacón (1971-2017), abogada, política, profesora universitaria y primera mujer ministra de Defensa de la democracia española. Recogió el premio su hermana Mireia Chacón que recordó con gran emotividad el legado de una de las políticas más relevantes de nuestra democracia.  A partir de este momento, aplausos y más aplausos en agradecimiento a su contribución y talante, y también talento, político. Será difícil de olvidar la emoción compartida entre más de un centenar de personas que asistieron a la gala.

Ver la entrega de los premios

Gregorio Marañón, presidente de la Fundación Ortega-Marañón, entrega el premio «In memoriam» a Mireia Chacón, hermana de la premiada Carme Chacón.

Los Premios «Maruja Mallo»

Estos premios, que conmemoran el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), se dividieron en esta primera edición en las siguientes 8 categorías: narrativa, arte y vanguardia, pensamiento, ciencia, igualdad, educación, globalización y un premio “In memoriam”, abarcando un amplio espectro de las humanidades y la ciencia. En futuras ediciones se irán incorporando nuevas categorías para ampliar la proyección y ejemplo de mujeres destacadas en otras disciplinas, objeto final de la creación de estos premios. 

Las premiadas en esta primera edición han sido: 

  • Pensamiento: Victoria Camps (filósofa)
  • Arte y vanguardia: Cristina Iglesias (escultora)
  • Igualdad: Gloria Lomana (periodista y emprendedora)
  • Narrativa: Itziar Miranda (actriz y escritora)
  • Educación: Carmen Pellicer (escritora y pedagoga)
  • Ciencia: María S. Soengas (científica)
  • Globalización: Theresa Zabell (medallista olímpica)

La distinción especial en la categoría de “In memoriam” recayó en la figura de Carme Chacón, destacada política y profesora española fallecida en 2017. 

Las premiadas recibieron como galardón una réplica de la primera viñeta que publicó Maruja Mallo en Revista de Occidente.

La entrega de los Premios corrió a cargo de Juan Pablo Fusi (a Victoria Camps), Concha Roldán (a Carmen Pellicer), Inés López-Ibor (a María Soengas), Marta Marañón (a Cristina Iglesias), Lucía Sala (a Gloria Lomana), Fernando R. Lafuente (a Theresa Zabell), Federico Buyolo (a Itziar Miranda) y Gregorio Marañón (a Carme Chacón “In memoriam”).

Lucía Sala, directora de la Fundación Ortega-Marañón, entrega el premio a Gloria Lomana.

Maruja Mallo, talento del surrealismo en las artes plásticas

Ana María Gómez González (1902-1995), conocida como Maruja Mallo, fue una creadora y una de las principales artistas de la Generación del 27. Nacida en Vivero, Lugo (1902), está considerada exponente de la vanguardia interior española. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Estableció amistad con artistas, escritores y cineastas como Concha Méndez, Salvador Dalí, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis Buñuel, María Zambrano y Rafael Alberti, entre otros.  Ortega y Gasset, admirador de su obra, cedió las instalaciones de Revista de Occidente para su primera exposición en Madrid, y, también, incluyó una parte importante de sus obras pictóricas en las portadas de la primera época de la Revista.

Como artista surrealista destacó a través de dos estilos: en los años 20 con obras optimistas,  coloridas y cosmopolitas; y un segundo estilo en los años 30 en el que sus pinturas proyectaban una visión algo más apagada y caótica, según resaltan expertos en su obra. Fueron admiradores de las pinturas surrealistas de Maruja Mallo artistas consagrados como Andy Warhol, Paul Éluard o André Breton. A partir de 1930 comenzó una etapa constructiva con exposiciones en Londres y Barcelona, y expone en San Sebastián con Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró. Su estrecha relación con Rafael Alberti quedó plasmada en el conjunto de varias de sus obras. También trabajó con grandes nombres de las letras como Miguel Hernández.

Maruja Mallo, expresión de independencia y libertad

Maruja Mallo, mujer excepcional de su tiempo, fue icono de su generación y expresión de libertad e independencia, rompiendo con muchos estereotipos sociales establecidos en su la época que limitaban la proyección de las mujeres en todos los ámbitos. Formó parte del grupo de brillantes intelectuales de la Generación del 27,  reconocidas por la historia como «Las Sinsombrero», por atreverse a salir por Madrid sin esa prenda de vestir y transgrediendo algunas costumbres sociales del momento. Todas estas mujeres reclamaron, a través de sus obras e impronta, espacios de igualdad y protagonismo en la vida cultural, política, económica y artística de su tiempo. Entre este grupo de «Las Sinsombrero» se encontraban Concha Méndez, Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre, Margarita Manso y María Zambrano. El afán de estas intelectuales fue traer a España la modernidad y las corrientes de vanguardia artísticas y culturales que provenían de Europa. 

Proyección artística desde el exilio

Tras el estadillo de la Guerra Civil, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibiría Gabriela Mistral, embajadora de Chile en el país luso. Posteriormente, viaja a Buenos Aires donde conectaría con Victoria Ocampo y su Revista Sur, publicando algunas de sus obras. También con Alfonso Reyes, por entonces embajador de México en Buenos Aires (1927-1929). En este periodo de exilio realiza exposiciones en París, Brasil y Nueva York, y publica su obra más conocida, en 1939, Canto de la espigas. En 1949 traslada su residencia a Nueva York, exponiendo un año más tarde en la Galerie Silvagni de París y la Galería Bonino de Buenos Aires. Finalmente, regresa a España en 1962 tras 25 años en el exilio. En su última etapa, ya en Madrid, realiza una exposición en la galería Mediterráneo, retoma dibujos de Revista de Occidente y se integra en las tertulias culturales del momento. En 1979 se desarrolla una exposición antológica de su obra, con pinturas de su última serie Los moradores del vacío. Muere en Madrid el 6 de febrero de 1995, a la edad de 93 años.

Premios otorgados a Maruja Mallo

  • Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, Ministerio de Cultura (1982)
  • Premio de Artes Plásticas de Madrid (1982)
  • Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid (1990)
  • Medalla de Galicia (1991)
  • Exposición antológica con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Casa de las Artes de Vigo, 2010)
  • Correos emite un sello postal en su honor (2023)

Cronología (fuente BNE)

  • 1902: Nace en Vivero el 5 de enero
  • 1913: Se instala en Avilés, donde pasa su adolescencia
  • 1922: Se muda a Madrid y se matricula en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
  • 1923: Participa en la Exposición Regional Gallega (nace Revista de Occidente, en julio 2023)
  • 1927: Expone en la Revista de Occidente
  • 1930: Expone en San Sebastián junto a Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró
  • 1937: Tras el estallido de la Guerra Civil, se exilia en Buenos Aires
  • 1982: Recibe la medalla de Oro de las Bellas Artes
  • 1993: Inaugura el Centro Gallego de Arte Contemporáneo 1995: Fallece en Madrid, el 6 de febrero

 

David Gómez, director de Comunicación de la Fundación Ortega-Marañón.

Compartir:

Otras Noticias

Noticias relacionadas