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Presentación del número 475 de Revista de Occidente «El año de la pandemia. Ciencia, medicina y humanismo»

Madrid, 26 de enero de 2021.- La pandemia ha evidenciado el espectacular avance que está viviendo la ciencia. Sin embargo, también se advierte un claro retroceso del pensamiento científico en la sociedad, tal y como demuestra la rápida y continua difusión de noticias falsas, teorías conspirativas o informaciones sesgadas. Ante esta situación, fomentar este pensamiento científico puede ser crítico en la evolución de una sociedad que se encuentra inmersa en una profunda transformación. Así lo han señalado los autores durante la presentación del número 475 de Revista de Occidente «El año de la pandemia. Ciencia, medicina y humanismo», coordinado por la Fundación Lilly, en colaboración con la Fundación Ortega-Marañón, y en el que una decena de autores reflexionan sobre estos tres aspectos tan presentes durante esta crisis.

«Es preocupante la velocidad con la que se han propagado informaciones poco veraces sin sustento científico. La credulidad frente a lo irracional refleja la vulnerabilidad de la sociedad actual. Es necesario fortalecer el pensamiento científico para poder ser libres, y para ello es preciso tomar medidas eficientes basadas en la existencia de referentes, el fomento de la cultura científica y la educación de los más jóvenes», explica José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly, quien ha profundizado en esta cuestión en su artículo «Reivindicación del pensamiento científico». En su opinión, esta crisis «supone una oportunidad para sentir lo profundo del cambio, asimilar lo que queremos llevar al nuevo mundo y arrojar todo lastre que nos impida el avance o nos haga retroceder».

Una reflexión desde la ciencia, la medicina y el humanismo

«La Revista siempre ha tratado temas de actualidad, analizados por expertos que, con un enfoque dirigido a la alta divulgación contribuyesen al fomento de la crítica y la modernización del país», señala Fernando R. Lafuente, secretario de redacción de la Revista de Occidente de la Fundación Ortega-Marañón.

En concreto, en el monográfico 475 de Revista de Occidente, y con el objetivo de analizar el futuro de la ciencia, la medicina y el humanismo, los tres ámbitos en los que se enmarca la actividad de la Fundación Lilly, se reflexiona sobre la lucha del hombre frente a los microbios; los efectos sanitarios y económicos de la crisis; la comunicación científica y las vacunas frente a la infodemia; los problemas éticos derivados de la escasez de camas y respiradores; la huella lingüística que también deja el coronavirus; las pandemias de la historia; cómo ha sido la vida en los hospitales, o los avances de la ciencia. Especial análisis merece la necesidad del pensamiento científico, no solo para combatir la infodemia o el «populismo epidemiológico», sino también «ese reguero de noticias falsas que han intoxicado gravemente al conjunto de la sociedad», dicen José Antonio Sacristán y Fernando R. La Fuente en su introducción.

Ciencia  abierta para científicos y ciudadanos

Desde la aparición de las primeras noticias sobre el SARS-CoV-2 hace ya un año, toda la sociedad ha seguido muy de cerca todos los avances científicos. Sin embargo, como expone Elea Giménez, directora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC y autora de uno de los capítulos del monográfico, «antes de que se produzca la comunicación de la ciencia a la sociedad, tiene lugar la comunicación entre científicos». Y este proceso también se ha visto modificado con motivo de la necesidad de dar a conocer rápidamente los resultados de las investigaciones, por un lado, y de mantener el rigor y la validación de los mismo, por otro.

«Se han puesto en común y se han compartido con investigadores de todo el mundo más de 130.000 artículos científicos y millones de datos de investigación asociados para poder ser analizados con diferentes técnicas», explica esta experta haciendo alusión a que durante esta pandemia se ha materializado la práctica de la ciencia abierta. «Sin duda, ha escenificado su potencial para poner en marcha la inmensa maquinaria de colaboración científica» que ha sido posible gracias a las tecnologías semánticas y la inteligencia artificial. Desde su punto de vista, la ciencia abierta va a lograr una forma de hacer ciencia más transparente, eficiente, rápida y más conectada con la sociedad.

Por otro lado, también analiza la situación de las grandes editoriales de revistas científicas que han tenido que replantearse su modelo de negocio por la imparable tendencia hacia lo abierto, diferenciándolo de las pequeñas estructuras editoriales que publican artículos en los idiomas de cada país. En este sentido, reclama «acciones colectivas que pensaran en la edición académica en español como un todo, que idearan maneras de afrontar la transición hacia el acceso abierto y su financiación, así como un plan de transformación digital necesaria. El hecho de que en los primeros meses de la pandemia no se localizaran artículos sobre COVID-19 en español en las bases de datos muestra la rigidez de las estructuras editoriales en la región para publicar rápidamente y con rigor».

Ciencia, y solidaridad, en los hospitales

«Una pandemia es un buen momento para ser médico». Así de contundente se muestra Jesús Millán, catedrático y jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), presente en el acto, quien relata en el monográfico su experiencia durante la crisis desde el punto de vista asistencial, de la gestión de recursos tanto físicos como humanos y de la investigación. Y es que solo en su hospital «la participación de distintos servicios en ensayos clínicos ha superado el centenar».

De la opinión de que «esta crisis debería servir para extraer conclusiones y estar mejor preparados para el futuro», Millán describe lo vivido con la palabra solidaridad. Con ese espíritu se llevaban a cabo «las distintas iniciativas y desarrollos organizativos para atender a tantos pacientes graves en tan corto espacio de tiempo», apunta. Como ejemplo, relata cómo «en una iniciativa de los propios residentes para que la población enviara mensajes anónimos a los pacientes ingresados, con el fin de que se los leyeran posteriormente, se recibieron en escasos días 26.409 mensajes en forma de correos, dibujos, relatos, palabras de ánimo, de cariño y solidaridad».

Fundación Lilly: 20 años #InspirandoCiencia

La Fundación Lilly, que este año celebra su 20 aniversario, tiene como objetivo contribuir al desarrollo de la sanidad española en beneficio de la salud de los ciudadanos; impulsar la CIENCIA y la investigación, así como la promoción de la cultura y la divulgación científica entre la sociedad; favorecer el desarrollo de la MEDICINA a través de la generación del conocimiento biomédico, su difusión, la formación de los profesionales y la educación médica; y fomentar los valores fundamentales del HUMANISMO en el ámbito de la sanidad. En el área de Ciencia, anualmente convoca los Premios de Investigación Biomédica, las Citas con la Ciencia y apoya diversas acciones de divulgación científica. En el de Medicina, destacan iniciativas como la Cátedra de Educación Médica, MEDES – MEDicina en ESpañol o su programa de gestión sanitaria. La iniciativa Medicina Centrada en el Paciente y las actividades en torno a la figura del médico y humanista español Andrés Laguna o la difusión del legado de William Osler centran el área del humanismo médico.

fundacionlilly.com

Video: La Fundación Lilly en tres palabras

Revista de Occidente de la Fundación Ortega-Marañón

Revista de Occidente, fundada en 1923 por el filósofo José Ortega y Gasset, constituyó, desde sus primeros números, una publicación atenta a las corrientes más innovadoras dentro del pensamiento y de la creación artística y literaria. Sin duda, ejerció en todo el ámbito de la cultura en español un papel decisivo en la difusión de las más contemporáneas propuestas estéticas e intelectuales de la vida internacional. La cuarta y actual etapa de la publicación se inició en 1980 con el mismo espíritu crítico a través de la Fundación José Ortega y Gasset (hoy la Fundación Ortega-Marañón) con el fin de contribuir a la alta divulgación y al análisis de los grandes temas de nuestro tiempo. La Fundación Ortega-Marañón es una institución privada sin ánimo de lucro cuya labor se dirige al fomento de la cultura, la educación y la investigación en los ámbitos de las ciencias sociales, las humanidades y las ciencias de la salud.

www.ortegaygasset.edu

Canal Youtube: ortegaygassettv

 

Descarga gratuita de un artículo del nº 475: aquí

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Presentación del número 475 de Revista de Occidente «El año de la pandemia. Ciencia, medicina y humanismo»

Madrid, 26 de enero de 2021.- La pandemia ha evidenciado el espectacular avance que está viviendo la ciencia. Sin embargo, también se advierte un claro retroceso del pensamiento científico en la sociedad, tal y como demuestra la rápida y continua difusión de noticias falsas, teorías conspirativas o informaciones sesgadas. Ante esta situación, fomentar este pensamiento científico puede ser crítico en la evolución de una sociedad que se encuentra inmersa en una profunda transformación. Así lo han señalado los autores durante la presentación del número 475 de Revista de Occidente «El año de la pandemia. Ciencia, medicina y humanismo», coordinado por la Fundación Lilly, en colaboración con la Fundación Ortega-Marañón, y en el que una decena de autores reflexionan sobre estos tres aspectos tan presentes durante esta crisis.

«Es preocupante la velocidad con la que se han propagado informaciones poco veraces sin sustento científico. La credulidad frente a lo irracional refleja la vulnerabilidad de la sociedad actual. Es necesario fortalecer el pensamiento científico para poder ser libres, y para ello es preciso tomar medidas eficientes basadas en la existencia de referentes, el fomento de la cultura científica y la educación de los más jóvenes», explica José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly, quien ha profundizado en esta cuestión en su artículo «Reivindicación del pensamiento científico». En su opinión, esta crisis «supone una oportunidad para sentir lo profundo del cambio, asimilar lo que queremos llevar al nuevo mundo y arrojar todo lastre que nos impida el avance o nos haga retroceder».

Una reflexión desde la ciencia, la medicina y el humanismo

«La Revista siempre ha tratado temas de actualidad, analizados por expertos que, con un enfoque dirigido a la alta divulgación contribuyesen al fomento de la crítica y la modernización del país», señala Fernando R. Lafuente, secretario de redacción de la Revista de Occidente de la Fundación Ortega-Marañón.

En concreto, en el monográfico 475 de Revista de Occidente, y con el objetivo de analizar el futuro de la ciencia, la medicina y el humanismo, los tres ámbitos en los que se enmarca la actividad de la Fundación Lilly, se reflexiona sobre la lucha del hombre frente a los microbios; los efectos sanitarios y económicos de la crisis; la comunicación científica y las vacunas frente a la infodemia; los problemas éticos derivados de la escasez de camas y respiradores; la huella lingüística que también deja el coronavirus; las pandemias de la historia; cómo ha sido la vida en los hospitales, o los avances de la ciencia. Especial análisis merece la necesidad del pensamiento científico, no solo para combatir la infodemia o el «populismo epidemiológico», sino también «ese reguero de noticias falsas que han intoxicado gravemente al conjunto de la sociedad», dicen José Antonio Sacristán y Fernando R. La Fuente en su introducción.

Ciencia  abierta para científicos y ciudadanos

Desde la aparición de las primeras noticias sobre el SARS-CoV-2 hace ya un año, toda la sociedad ha seguido muy de cerca todos los avances científicos. Sin embargo, como expone Elea Giménez, directora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC y autora de uno de los capítulos del monográfico, «antes de que se produzca la comunicación de la ciencia a la sociedad, tiene lugar la comunicación entre científicos». Y este proceso también se ha visto modificado con motivo de la necesidad de dar a conocer rápidamente los resultados de las investigaciones, por un lado, y de mantener el rigor y la validación de los mismo, por otro.

«Se han puesto en común y se han compartido con investigadores de todo el mundo más de 130.000 artículos científicos y millones de datos de investigación asociados para poder ser analizados con diferentes técnicas», explica esta experta haciendo alusión a que durante esta pandemia se ha materializado la práctica de la ciencia abierta. «Sin duda, ha escenificado su potencial para poner en marcha la inmensa maquinaria de colaboración científica» que ha sido posible gracias a las tecnologías semánticas y la inteligencia artificial. Desde su punto de vista, la ciencia abierta va a lograr una forma de hacer ciencia más transparente, eficiente, rápida y más conectada con la sociedad.

Por otro lado, también analiza la situación de las grandes editoriales de revistas científicas que han tenido que replantearse su modelo de negocio por la imparable tendencia hacia lo abierto, diferenciándolo de las pequeñas estructuras editoriales que publican artículos en los idiomas de cada país. En este sentido, reclama «acciones colectivas que pensaran en la edición académica en español como un todo, que idearan maneras de afrontar la transición hacia el acceso abierto y su financiación, así como un plan de transformación digital necesaria. El hecho de que en los primeros meses de la pandemia no se localizaran artículos sobre COVID-19 en español en las bases de datos muestra la rigidez de las estructuras editoriales en la región para publicar rápidamente y con rigor».

Ciencia, y solidaridad, en los hospitales

«Una pandemia es un buen momento para ser médico». Así de contundente se muestra Jesús Millán, catedrático y jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), presente en el acto, quien relata en el monográfico su experiencia durante la crisis desde el punto de vista asistencial, de la gestión de recursos tanto físicos como humanos y de la investigación. Y es que solo en su hospital «la participación de distintos servicios en ensayos clínicos ha superado el centenar».

De la opinión de que «esta crisis debería servir para extraer conclusiones y estar mejor preparados para el futuro», Millán describe lo vivido con la palabra solidaridad. Con ese espíritu se llevaban a cabo «las distintas iniciativas y desarrollos organizativos para atender a tantos pacientes graves en tan corto espacio de tiempo», apunta. Como ejemplo, relata cómo «en una iniciativa de los propios residentes para que la población enviara mensajes anónimos a los pacientes ingresados, con el fin de que se los leyeran posteriormente, se recibieron en escasos días 26.409 mensajes en forma de correos, dibujos, relatos, palabras de ánimo, de cariño y solidaridad».

Fundación Lilly: 20 años #InspirandoCiencia

La Fundación Lilly, que este año celebra su 20 aniversario, tiene como objetivo contribuir al desarrollo de la sanidad española en beneficio de la salud de los ciudadanos; impulsar la CIENCIA y la investigación, así como la promoción de la cultura y la divulgación científica entre la sociedad; favorecer el desarrollo de la MEDICINA a través de la generación del conocimiento biomédico, su difusión, la formación de los profesionales y la educación médica; y fomentar los valores fundamentales del HUMANISMO en el ámbito de la sanidad. En el área de Ciencia, anualmente convoca los Premios de Investigación Biomédica, las Citas con la Ciencia y apoya diversas acciones de divulgación científica. En el de Medicina, destacan iniciativas como la Cátedra de Educación Médica, MEDES – MEDicina en ESpañol o su programa de gestión sanitaria. La iniciativa Medicina Centrada en el Paciente y las actividades en torno a la figura del médico y humanista español Andrés Laguna o la difusión del legado de William Osler centran el área del humanismo médico.

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Revista de Occidente de la Fundación Ortega-Marañón

Revista de Occidente, fundada en 1923 por el filósofo José Ortega y Gasset, constituyó, desde sus primeros números, una publicación atenta a las corrientes más innovadoras dentro del pensamiento y de la creación artística y literaria. Sin duda, ejerció en todo el ámbito de la cultura en español un papel decisivo en la difusión de las más contemporáneas propuestas estéticas e intelectuales de la vida internacional. La cuarta y actual etapa de la publicación se inició en 1980 con el mismo espíritu crítico a través de la Fundación José Ortega y Gasset (hoy la Fundación Ortega-Marañón) con el fin de contribuir a la alta divulgación y al análisis de los grandes temas de nuestro tiempo. La Fundación Ortega-Marañón es una institución privada sin ánimo de lucro cuya labor se dirige al fomento de la cultura, la educación y la investigación en los ámbitos de las ciencias sociales, las humanidades y las ciencias de la salud.

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