Francisco Ayala ha fallecido ayer en Madrid (3 de noviembre de 2009) a la edad de 103 años. Superviviente de la generación del 27, será recordado como uno de los novelistas y ensayistas más valiosos del siglo XX.

Francisco Ayala nació en Granada el 16 de marzo de 1906 y a los dieciséis años se trasladó a Madrid para estudiar Derecho y Filosofía y Letras. Allí ya empezó a publicar sus primeros trabajos: Tragicomedia de un hombre sin espíritu (1925) e Historia del amanecer (1926). Más tarde, llegaría la narrativa vanguardista con las obras El boxeador y un ángel (1929) y Cazador en el alba (1930).

Colaboró en los inicios de la Revista de Occidente –la última vez, con los textos Cartas inéditas a Victoria Ocampo, en el número correspondiente al mes de octubre de 2009-. Se doctoró en Derecho en la Universidad de Madrid y, más tarde, obtuvo la Cátedra de Derecho Político en la Universidad Complutense de Madrid.

En 1930, y durante su estancia como becario en Berlín, fue testigo del surgimiento del nazismo y, posteriormente, del golpe de Estado franquista en 1936, mientras se encontraba en Chile. Tres años más tarde, decide exiliarse a Buenos Aires, ciudad donde fundará, junto con Lorenzo Luzuriaga, la revista Realidad (1947). En esta época publica la obra El hechizado (1944) y su Tratado de sociología (1947).

La década de los cincuenta lleva Ayala a la Universidad de Río Piedras, Puerto Rico. Es en esta isla donde coincide con Juan Ramón Jiménez e impulsa la Revista La Torre. Desde allí viaja a Estados Unidos para impartir clases en las universidades de Princeton, Rutgers, Nueva York y Chicago, época en el que coincidiría también con otro exiliado, el músico Pau Casals. En estos años escribe los relatos La cabeza del cordero (1949) y Muertes de perro (1958).

Ya en 1960 regresa a España para instalarse definitivamente en Madrid en 1976, etapa donde nacerían sus obras más importantes, El Jardín de las delicias (1977) y  Recuerdos y olvidos (1982), sus memorias. Continúa con su faceta de escritor, académico, intelectual y colaborador en la prensa. A la edad de setenta y siete años es elegido miembro de la Real Academia Española. Luego llegarían dos importantes galardones de las letras españolas: el Príncipe de Asturias (1988) y el Cervantes (1991).

Visitó la Fundación José Ortega y Gasset, por última vez, en la presentación del Tomo VII de las Obras completas del filósofo, en la que también participaron los escritores Mario Vargas Llosa, Jorge Edwards y J.J. Armas Marcelo.

Queremos expresar nuestra profunda admiración por su obra y por su ejemplo, y nuestro agradecimiento por habernos honrado con su presencia y el más sincero pésame a la familia, en especial a su mujer Carolyn Richmond, profesora de esta Casa.

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