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Festival de Narrativas para la democracia: «Nunca son inocentes las palabras».

25 marzo @ 19:00 20:30

La obra del historiador Santos Juliá, Nunca son inocentes las palabras, con la edición (2025) de los historiadores Miguel Martorell Javier Moreno Luzón, nos permitirá abrir un diálogo -dentro del Festival- sobre los retos y amenazas que afronta actualmente nuestra democracia. Se sumará a la conversación con los editores la politóloga y periodista Estefanía Molina.

Sinopsis del ilbro:

Santos Juliá fue uno de los grandes historiadores de la España reciente, autor de obras cruciales sobre la Segunda República, la Guerra Civil, los intelectuales o la Transición de la dictadura franquista a la democracia actual. Además, se valió de sus conocimientos históricos y de su enorme capacidad de análisis para comentar, en profundidad, la vida política de su tiempo. Desde el diario El País, se convirtió en uno de los columnistas más perspicaces e influyentes, cuyos artículos se esperaban con ansiedad y aún hoy provocan cierta nostalgia. Su insobornable mirada desprendía autoridad y solidez, incluso para quienes discrepaban de sus juicios.

Al escribir sobre la política nacional, Juliá ejerció de observador crítico, capaz de diagnosticar los problemas acumulados por la democracia en España, similares a los de otros países europeos pero herederos también de su convulso pasado. Este libro reúne una selección de sus tribunas y columnas, en un largo periodo que arrancó en 1982, se hizo más denso a partir de 1994 y se prolongó con intensidad hasta pocos meses antes de su fallecimiento. Por ellas desfilan los protagonistas de esa época, sus jefaturas y partidos, las oportunidades perdidas y los rasgos crónicos de la escena pública, desde la corrupción hasta los privilegios de la Iglesia o el interminable conflicto nacionalista, a los cuales se sumaron las batallas por la memoria histórica, la polarización y diversas crisis. Siempre preocupado por el significado de las palabras, que a su juicio nunca resultaban inocentes, Santos Juliá, con las suyas, todavía nos interpela.